Viernes 26 de Agosto de 2016, 10:30

Allanaron el convento de Carmelitas Descalzas de Nogoyá

Judiciales | En un sorpresivo procedimiento encontraron cilicios y látigos.


Una investigación periodística afirma que las monjas sufren torturas físicas y psicológicas, aunque nadie de la Iglesia lo quiere reconocer. La información fue corroborada por ex religiosas, familiares de estas y profesionales de la salud. Se asegura que en el interior del convento hay castigos permanentes, que es habitual el uso del látigo y el cilicio para auto flagelarse; hubo casos de desnutrición y existe una estricta prohibición de hablar de lo que sucede. Varias de las ex monjas están con tratamientos psicológicos en Entre Ríos o Santa Fe, por las secuelas que tuvieron. Atoridades judiciales y policías de Entre Ríos allanaron este jueves el convento de las Hermanas Carmelitas Descalzas de la ciudad de Nogoyá, tras la publicación de una investigación periodística que reveló supuestas torturas a las religiosas que habitan el lugar. El Semanario Análisis de la ciudad de Paraná, informó que el procedimiento se llevó a cabo por una investigación de oficio que inició el Fiscal Federico Uriburu tras la publicación de un nota de ese medio. Uriburu señaló que "no hubo necesidad de revisar cada cuarto porque una vez que se venció la resistencia inicial de la medida, de parte de la Madre Superiora, al revisar algunas dependencias se aportaron en forma voluntaria una cantidad de cilicios y látigos, que son pequeñas fustas de unos 30 a 40 centimetros". "Por el momento no se prevé la detención de ninguna persona, ya que el allanamiento está en curso y recién estamos en las medidas iniciales", declaró. El procedimiento comenzó a las 5:30 del jueves y continuaba pasada las 10. El párroco de la Basílica Nuestra Señora del Carmen de Nogoyá, Jorge Bonin, se acercó hasta el convento y aguardaba afuera la llegada del Obispo Juan Alberto Puíggari. "Esto es muy doloroso, son cuestiones que no entiendo. El Obispo viaja urgente a nuestra ciudad", señaló el sacerdote. Uriburu analiza la posible comisión del delito de privación ilegítima de la libertad agravada contra las monjas de clausura que viven en el convento. La investigación de las situaciones de exceso que se producirían en el convento le demandó a los colegas de Análisis dos años y contó con los testimonios de ex religiosas y sus familiares, además de médicos de la localidad que habrían asistido a las monjas. Según la nota, en el lugar habría castigos permanentes con látigos y las religiosas serían obligadas a usar el cilicio, un elemento de puntas de hierro que se ciñe al cuerpo para generar mortificación. También se habrían detectado casos de mujeres con cuadros de desnutrición y depresión. Las reglas de la orden imponen estricto silencio sobre la situación que se vive en el convento. Según la publicación residirían actualmente en el lugar 18 monjas, la mayoría de las cuales ingresó a los 18 años, aunque algunas estarían allí desde los 16.