Domingo 22 de Febrero de 2015, 17:32

Los Padres Rougier y Benedetti concelebran misa en Basavilbaso

| Este domingo los Padres Alcides Rougier y Raúl Benedetti concelebraron la misa de las 10 de la mañana. La celebración religiosa coincidió con el primer domingo de Cuaresma. Se vivieron momentos muy emotivos gracias al reencuentro de los vecinos con los sacerdotes.


Este domingo los Padres Alcides Rougier y Raúl Benedetti concelebraron la misa de las 10 de la mañana, con transmisión en vivo RIEL FM. La celebración religiosa coincidió con el primer domingo de Cuaresma, tiempo de gracia, tiempo de acoger el gesto supremo de Jesús. “Siempre tenemos que glorificar al Señor. Dios es bueno, nos sorprende...me sorprende con la alegría de poder estar aquí compartiendo esta misa con el Padre Raúl (Benedetti) en un lugar donde dejé parte de mi vida sacerdotal y donde tantos rostros han ido llenando mi corazón. Le agradezco también a FM RIEL que me permite llegar a gente que no está acá y a la que saludo, recuerdo...rezo por toda la gente de “Basso”, de sus colonias, de Rocamora, de las Escuelas de la zona, que Dios les llene el corazón de alegría y de paz”, comenzó diciendo el Padre Alcides Rougier en en la homilía de la misa que concelebró con el Padre Raúl Benedetti este domingo, por la mañana, en la parroquia “San José Obrero” de Basavilbaso. “Estamos viviendo desde el Miércoles de Cenizas un tiempo que la Iglesia llama: “el santo tiempo de Cuaresma”. Todo tiempo es tiempo de Dios, sin dudas...Jesús mismo dice: “ha llegado el tiempo...el tiempo del reino, de la buena noticia”. La Cuaresma es una etapa, un camino hacia un acontecimiento único, extraordinario que es muerte y resurrección del hombre Dios, Dios hecho hombre, Cristo Jesús la pascua que ilumina toda la vida, todos los acontecimientos, que ilumina los pasos de los seres humanos, que ilumina nuestro fin, el sentido definitivo del ser humano que según definía (San) Juan Pablo II como “aquel que ha sido eternamente pensado, eternamente amado por Dios”. Qué dignidad tan grande!!! Hombres y mujeres sufrimos, nos sentimos pequeños y a veces desanimados, pero fuimos pensados y amados por Dios con un proyecto de vida... (el Papa) Francisco dice que nosotros tenemos que desarrollar lo mejor que Dios desarrolló en el corazón de cada uno de nosotros. Desarrollar lo mejor, no nuestro egoísmo, nuestras apetencias...sino lo mejor que Dios creó que siempre son aspiraciones de un más allá. En este tiempo de Cuaresma la Iglesia nos invita a vivirlo profundamente. Decíamos: “Señor muéstrame tus caminos y que lo pueda seguir”. Entonces estamos en un tiempo de más interioridad, ya pasan las vacaciones, comenzamos a ordenar nuestra vida, la vida de familia, los chicos van a empezar la escuela, la catequesis, los jóvenes el secundario...debemos entrar en la interioridad. En el primer domingo de Cuaresma la oración nos propone todo un proyecto para ir viviendo la Cuaresma en espiritualidad, como cristianos. La oración decía: “Señor Dios que la práctica de los ejercicios cuaresmales nos ayuden a crecer en el conocimiento de Cristo”. Somos cristianos porque creemos en Cristo, somos cristianos porque amamos a Cristo...somos cristianos porque queremos vivir lo que Él nos ensenó y descubrir su misterio. El misterio a veces nos sorprende, es algo oscuro y sumamente rico. Se hace oscuro por la densidad que tiene...como ocurre con el sol si lo miramos directamente, nos enceguece su luz...el misterio también , tiene tanta riqueza, tanto contenido que nos es difícil adentrarnos en Él”, expuso el Sacerdote. Más adelante indicó que el evangelio de hoy dice que Jesús fue llevado por el espíritu al desierto y pasó cuarenta días allí. “Cuando hablamos del desierto nos sorprende, porque es algo duro, inhóspito, seco, quemado por el sol y sin embargo nos sirve muchas veces para adentrarnos en la comprensión del misterio. Cuando era adolescente me sirvió muchísimo para empezar a adentrarme en el misterio algo muy pequeño y simple: “El Principito”, la obra literaria de (Antoine de) Saint-Exupéry, que cuenta la historia de un personaje que se le aparece -en el desierto- y de manera sorpresiva a un piloto (de avión) había tenido un problema mecánico. Cuando ya desesperados comienzan a caminar en el desierto buscando una salida el Principito dice: “el desierto es bello...es que esconde un pozo en algún lado...”, asegura que siempre le gustó el desierto, “uno se sienta sobre una duna de arena. No se ve nada. No se escucha nada. Y sin embargo hay algo que irradia en silencio...”. Nosotros al crecer en el conocimiento de Cristo aparentemente con los ojos humanos no vemos nada, vemos algunas representaciones, las que son bastante acarameladas del rostro de Cristo... (Jorge Luis) Borges, que se consideraba ateo, en su poema al Cristo crucificado dice: “...la negra barba pende sobre el pecho. El rostro no es el rostro de las láminas, es áspero y judío. No lo veo y seguiré buscándolo hasta el día último de mis pasos por la tierra...”. Un hombre ateo hablando del misterio de Cristo, no creía porque no lo veía, pero lo buscaba...en definitiva lo que nos pide la Iglesia a los que nos decimos cristianos, que leemos la Biblia, que a lo mejor venimos a misa, escuchamos la palabra de Dios pero ese Jesús sigue siendo uno de tantos que no nos llega a tocar el corazón...para llegar a eso debemos adentrarnos en el misterio de Cristo, para enamorarnos de Él, un objetivo para la educación en toda las familias...”, expuso. “El saber ayuda”, dijo el Padre Alcides dirigiéndose especialmente a los Catequistas. Y aclaró: “especialmente si ayuda a enamorarnos de alguien. Y el misterio de Cristo es denso desde la entrada...nace pobre, en la indigencia...Dios para hacerse uno de nosotros necesita de la colaboración libre de una mujer, María, que le dijo sí a Dios. Y ese misterio de Cristo sigue...treinta años aprendiendo a vivir como un ser humano, aprendiendo a caminar, a hablar, aprendiendo un oficio de la mano de José, un carpintero viejo que le contó de la nobleza de la madera, le enseñó el uso de las herramientas porque algún día le tocaría hacerlo y José desaparece (no sabemos cuando) y María queda viuda y Jesús, Dios hecho hombre, tiene que ganarse el pan como el carpinterito de Nazaret...cuanto tenemos que aprender...hubo alguien que siendo Dios se hizo hombre y que asumió el trabajo de los hombres, lo que le dio un sentido, una dignidad, una trascendencia, medios de santificación...Y ese Jesús que en el desierto se pone en contacto con el padre para anunciarnos la buena noticia”. En el párrafo final Rougier volvió a citar al Papa Francisco señalando que compartía que la alegría del evangelio puede llenar el corazón y la vida toda vez que nos encontramos con Jesús, y aclaró: “nadie está excluido”, pidiendo especialmente que el tiempo de Cuaresma “nos ayude a adentrarnos en el misterio de Cristo, y no solo para enriquecer nuestra vida de cristianos, de fe, sino para compartir la alegría anunciada para los hombres”. Se vivieron momentos muy emotivos. Ambos sacerdotes dejaron en su paso por la ciudad muchos amigos, los que en su mayoría no faltaron, para luego estrecharse en un cálido abrazo.